viernes, 17 de octubre de 2008

Apocatástasis

Algunas nociones del término:

Del griego apokatástasis (de apokathístemi, restablecer).
En filosofía: vuelta de todas las cosas o de una de ellas a su original punto de partida. http://www.apocatastasis.com/apocatastasis-apokatastasis-apokathistemi-significado.php.

La escatología de Orígenes se resume en la apocatástasis, según la cual al final de los tiempos tendrán fin el infierno y las penas previstas para los condenados. Cada cosa será restituida a su estado originario de proximidad con Dios. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/origenes.htm.

Acercamiento bíblico:

La palabra apocatástasis se menciona tan sólo una vez en le Biblia: Hch 3,21, cuando Pedro hace alusión a “hasta que todo sea restaurado” (apokatastasis pantón) y a los santos profetas del pasado de Israel que anunciaron al Mesías. La cita de Hch posibilita dos traducciones:

1) “Hasta que lleguen los tiempos de la restauración de todo lo que Dios ha hablado”.
2) “Hasta que llegue la restauración de todo lo que Dios ha hablado por sus profetas”.

La primera traducción significa restauración, pero que deja ver una concepción cíclica: la meta es la restauración del comienzo. La segunda traducción deja ver una idea linear del tiempo desde el principio pasando por los profetas hasta Jesús (Hch 3, 18-25).

El esquema linear ha sido recubierto por una reflexión sobre la vuelta, la reinstauración y la búsqueda de los orígenes. Esto se manifiesta en el AT en una espera por la instauración política y moral de la integridad original y de la pureza del pacto. Y mientras más avanza la relación teológica tenemos que, en el NT, queda más comprendida la línea promesa-cumplimiento dentro del momento cíclico. El movimiento del Jesús juánico es un círculo perfecto: “salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo para volver al Padre” (Jn 16,28). En Rm 8,30 vemos el círculo perfectamente cerrado: predestinación, llamamiento, justificación y glorificación.

En la patrística:

La gnosis es un sistema cíclico: en el principio todo ser tenía en posesión la plenitud en Dios; después, acontece la caída del mundo y la aparición de la materia; a continuación, aparece el Redentor para reconducir lo caído hacia Dios. Ante esto responde san Ireneo: “la carne, en cuanto creada por Dios, es buena”. La historia de la salvación es comprendida como recapitulación, pero la frustración de Adán y Eva se reconstituyen en cristo y María. La sucesión linear es dominante en san Ireneo.

Ahora cabe la pregunta: ¿cómo podríamos superar teológica y especulativamente el esquema cíclico veterotestamentario, que el linear veterotestamentario e irenéico incluye? Se presentan tres intentos de solución por los siguientes teólogos:

1) Orígenes: el hombre ha sido creado por Dios con un cuerpo fino y espiritual, pero cuando se apartó de Dios y optó por la materia se hizo más denso. El fin del hombre es ocupar el lugar de los ángeles caídos por la redención del Logos. Se comprende así una apokatastasis de modo cíclico: caída vertical desde Dios y vuelta hacia Él. Con la transformación de la burda materialidad en un cuerpo glorioso desaparece todo mal.

2) Gregorio de Nisa: busca dar solución al problema de la desaparición de lo malo. Dice que, así como todo el desarrollo material e histórico es finito, así también, lo malo en contraposición a lo bueno.

3) Máximo el Confesor tiene un pensamiento claramente cíclico cuya procedencia es de la idea que Dios tiene de todo ser, y por tanto, de todo hombre que iba a crear. Desaparece prácticamente el estado paradisíaco porque el hombre, tan pronto como es creado, se aparta de Dios. El Hombre-Dios nos muestra la idea original. Desde entonces, el camino de la perfección es la búsqueda de nuestra idea presente en Dios, el ascenso (anodos) y la reinstauración (apokatastasis) se apoyan en la palabra de Dios (logos), por la que hemos sido creado.

Posibles posturas:

En el NT encontramos juicios de perdición (Mt 7,23; 12,32; 25,12.41) pero también expresiones de gracia y de misericordia (Rm 5,17; 11,32), y de la recapitulación (anakephalaiosis) de todos en Cristo (Ef 1,10). Ante el juicio futuro se dan las siguientes posturas:

1) El plan de Dios debe realizarse por encima de todas las resistencias que se le opongan. Esto encuentra en Juan una mayor comprensión: “La perfección del amor en nosotros se muestra en que tenemos confianza en el día del juicio... En el amor no hay temor..., y el que teme no es perfecto en el amor” (1Jn 4,17-18). Clemente de Alejandría hace la diferencia entre el gnostikos, como aquel que es perfecto en el amor de Dios y sabe que todo está orientado por el Señor a la salvación, y el que no es perfecto, cuya dureza de corazón lo llevará a la penitencia mediante castigos necesarios.

2) Según 1Co 3,12-15 todos tienen que llegar a Dios pasando por el fuego. El fuego nos espera después de la muerte. En su obra Contra celsum, Orígenes dice que Dios es llamado fuego que consume; no consume lo que creó a su imagen y semejanza, sino lo que hemos construido nosotros mal sobre ella.

3) San Gregorio de Nisa intenta aportar argumentos filosóficos-teológicos para demostrar que los castigos del infierno no pueden ser igual de eternos que Dios. Su principal argumento es la superioridad de lo bueno sobre lo malo que esencial e intrínsecamente tiene que ser limitado.

4) Cabría una última postura sobre la doctrina de la apokatastasis desde Orígenes: El cuerpo místico de Cristo habrá conseguido su completa felicidad sólo cuando el último y peor de los pecadores se convierta.

FUENTE:
Hans Urs Von Baltasar. Tratado sobre el infierno. Compendio. Edicep (Valencia, 20002) pp. 179-195.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La noción de apocatástasis, al menos si nos referimos a como la usó el gran teólogo del s. II-III Orígenes de Alejandría, conlleva el sentido de restauración de todo el universo al Bien de Dios. Esto es, el Señor del Bien restaurará todo mal existente incluido a Satanás o aquellos espíritus más malos que pueda haber, incluido el llamado infierno eterno, etc.; lo restaurará todo para Bien, en base a la lógica de que la creación toda que empezó siendo buena también debe acabar siendo buena; y eso no podría ser así si hubiese un infierno y un Satán o seres malos hasta el infinito. ¿Es esto una negación del libre albedrío en los seres inteligentes que Dios ha creado y que pueden seguir eligiendo la maldad? No, porque la gracia divina es en sí la mayor fuerza que existe y de tal manera es así que logrará de alguna manera y en base a su poderío convencer, transformar, imprimir, conducir, infundir o como quiera que lo digamos, logrará RESTAURAR al mismísimo Satanás, a su infierno (Orígenes dice que el concepto de "eternidad" también conlleva el significado de "limitación o temporalidad", que no es necesariamente un "para siempre") y a todos los que se empecinan en la maldad.

¡Qué así sea!

Fej Delvahe

Carlos dijo...

Esto se podría entender en el sentido de que el mal solo tiene sentido para que el hombre conozca el bien
En ese caso sería solo un instrumento necesario para esclarecer al hombre